viernes, 25 de abril de 2014

TRAIL RUNNING OR MOUNTAIN BIKE?




O lo que es lo mismo, ¿correr o pedalear por la montaña?

Durante unos años, por el monte no he practicado otra cosa que no fuera pedalear. Algo de senderismo en contadas ocasiones, pero sobre todo, pedalear, mi gran pasión, hasta ahora.

Cuando me cruzaba con algún corredor de montaña en mis habituales salidas no acababa de comprender que alguien pudiera correr por el monte como si tal cosa. Esas cuestas empinadas, esos terrenos rotos, esas preciosas trialeras en medio de la naturaleza parecían estar hechas a medida para la bici y no para destrozarse los tobillos corriendo intentado imitar al último Mohicano.

Pues bien, después de un parón de bici por prescripción médica y de juntarme con quien no debía, el veneno del Trail ha entrado en mi sangre al igual que lo hiciera en su día con el MTB. Me ha picado algo, no se qué, que hace que cuando contemplo un paisaje de montaña ya no solo pienso en  recorrerlo y explorarlo con la bici sino también por qué no, corriendo.

Siempre me ha parecido bastante aburrido y monótono lo de salir a correr (por asfalto). Si lo hacía era para mantener la forma física por no poder practicar otro deporte alternativo, sobre todo por una cuestión de optimización del tiempo. En cambio, correr por la tierra me parece un deporte tan atractivo como el MTB. La monotonía de la zancada cansina y repetitiva de la carrera por asfalto se torna en una variedad de pisadas y ritmos que dependen de la orografía del terreno y que lo convierten en una especie de juego. Ahora piso aquí, ahora allá, cuidado con esta rama, vaya subidita, qué trialera más bonita y qué vistas más sobrecogedoras. Es muy parecido a practicar MTB. Se podría decir que el trail es a correr por asfalto como el MTB es a la bici de carretera.

A continuación algunos puntos clave para entender el trail desde nuestras mentes de "mountainbikers":
  
  • No llevamos bicicleta. Salimos al monte y no llevamos bicicleta. Al principio nos encontramos extraños, indenfensos, casis desnudos. Pasamos a ser del regimiento de caballería al de infantería. Es como si nos hubieran degradado.
  • Del anterior punto se desprende que nos evitamos trasladar la bici a la montaña. Algo a veces un tanto engorroso: portabicis, monta, desmonta, vuelve a montar y vuelve a desmontar. ¿Os suena?
  • No hay averías ni pinchazos (sólo físicos), se acaban las esperas interminables porque alguien pincha tres veces la misma mañana o rompe la cadena. No hay apartado técnico que valga.
  • Todo el mundo practica el deporte en igualdad de condiciones, no hay dobles, ni rígidas, ni 29 ni 27,5. Tampoco hay aluminio ni carbono. No tenemos tija telescópica ni hay un cañón que pesa 4 kg menos que nuestro hierro. No hay excusa que valga. La montaña es igual para todos. Viva el comunismo!!.
  • El tiempo empleado en el trail se suele reducir considerablemente. Podemos conciliar un poco más nuestra vida familiar. Eso de salir de casa a las 7:30 de la mañana, volver a las 14:30 resta muchos "matripuntos". Hay que intentar comprender a nuestras parejas (sobretodo aquéllas que no comparten nuestras aficiones deportivas) y no exigirles más de la cuenta, que bastante hacen con aguantar la convivencia con un deportista.
  • Toda la montaña es nuestro terreno de juego. Ya no estás supeditado a si algo es “ciclable” o no. Puedes subir un cortafuegos, ir campo a través, o bajar corriendo por una rambla si te parece. Tienes un grado mayor de libertad que cuando pedaleas lo que proporciona una gran satisfacción.
  •  Las distancias a cubrir son más modestas que pedaleando. Por tanto eliminamos la sensación de viajar que tenemos cuando hacemos mountain bike. Esto es, desde luego, una desventaja.
  • Lesiones. Practicar carrera de montaña es más lesivo que la bici de montaña, las rodillas, tobillos, caderas se resienten si no estamos preparados. Sobre todo al principio, hasta que no se fortalece y acostumbra al cuerpo a trotar por el monte. En la bici de montaña lo único que se resiente de verdad es el punto G si no estamos acostumbrados. Eso sí, las impruedencias con la bici pueden ser bastante más lesivas.



Entonces ¿correr o pedalear por la montaña?

Por supuesto que ambos dos. Cada uno tiene su encanto y me parece genial el poder combinarlos. Un día pedalear y otro correr, así no te hartas de ninguno de los dos. Otra cosa es encontrar tiempo para practicarlos, pero eso es otra historia…


¿Y tú qué prefieres?

3 comentarios:

  1. Lo has clavado Miguel! A quién prefieres, a mamá o a papá? Imposible decidirte por uno!
    Yo siempre he sido de patear montañas, pero ahora que no solo las pateo, sino que también las corro, las salto y las disfruto a otra velocidad, me resultaría muy complicado el poder decidir!
    Imposible decidir si prefiero pegar brincos cual gacela salvaje mientras atravieso una senda de apenas mi anchura y con un cortado impasible en el rabillo de ojo, o la adrenalina que te supone descender una trialera técnica subido en tu bici, con los cinco sentidos en modo ON y con el culo en pompa en plan PRO!.
    Como bien dices, en la medida de lo posible lo mejor es... combinarlos!
    Gran post! Enhorabuena!
    Un abrazo!

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  2. Que buen artículo Miguel!! Yo siempre he sido de a pie y como tú, opino que el asfalto no termina de gustarme. Tú me hiciste despertar el gusanillo de la bici de montaña y la verdad que la disfruto, pero yo soy más Mohicano. El trail sería mi elección, aunque compaginarlo con la bici es lo ideal para prevenir lesiones. Felicidades por el artículo Miguel, nos vemos por el monte

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  3. Alguien está saliendo del armario trail.....

    Muy buena reflexión Miguel. La verdad es que a los que estamos relegados por prescripción médica a la bici como única alternativa, nos ayuda a comprender a ese otro colectivo cada vez con más entusiastas adeptos.

    En cualquier caso, cuando toque bici ahí estaré para devorar kilómetros a tu lado (o mejor dicho delante tuya.. jejeje)

    Un abrazo

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