Hace un par de años, cuando por primera vez me llevaron a las montañas de la zona de Picassent a rodar una tarde, pensé que la zona estaba bien, pero sin más, que aquello eran habas contadas: les cinc pujades, la pólvora y poco más. Que para un rato estaba bien, pero que la Calderona era la Calderona. Ahora bien, con la prohibición de circular por sendas en la Calderona y con el descubrimiento de nuevos rincones en la Serreta lo cierto es que estas montañitas me tienen enganchado, pienso que son un lugar casi idílico para la bici de montaña, con un sinfín de posibilidades.
La de hoy ha sido una ruta corta, para llegar pronto a casa, que se puede hacer también en una tarde tonta o combinarla con una salida desde Valencia. Corta pero intensa, con poso (en nuestro caso barro). La salida la hacemos aparcando el coche cerca del canal, como siempre y nos encaminamos para subir por la trialera de la Cueva del Aguila. Este camino, suele hacerse de bajada, aunque de subida no tiene desperdicio. Un par de repechos de apretar dientes, mucha piedra que tenemos que esquivar, pero se hace bastante entretenida, además el paraje es muy bonito. Una vez arriba, tomamos la pista hacia la izquierda dirección Besori sin llegar a él para bajar de nuevo por pista por Portixol y detenernos antes de llegar al mirador para coger una senda a mano derecha.
Ésta es la senda de la caseta de Bernabeu. Una preciosa senda que nos hará disfrutar de lo lindo, alguna que otra piedra, pero en general asequible y divertida. A continuación sin salirnos de la senda enlazamos con las sendas del Barranc de Ferrando, este tramo desconocido por nosotros, es también una pasada. Una senda rápida con continuos sube-bajas, algún que otro paso técnico, que discurre en todo momento al lado del barranco de Ferrando y que nos hará disfrutar a tope. Una maravilla.
Después subida por pista, por la Cañada real de Aragón, donde nosotros subimos acompañando al pelotón que disputaba la Marcha de LLombai, cómo iban de barro los pobres!! Incluso nos ofrecieron avituallamiento al finalizar la subida confudiéndonos con participantes de la carrera (que pos supuesto ninguno rechazó...)
Finalmente, enlazamos con la bajada por la trialera de la Cueva del Águila para deshacer nuestros pasos y llegar al coche.
Una ruta excepcional, con pocos kilómetros pero que no se hace corta, porque se discurre mucho tramo por senda. La recomiendo.
Ruta compartida con Jairo y David que demostraron un dominio absoluto de sus monturas en las sendas con piedra mojada y barro. Qué fieras!!
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